Curiosidades de Indiana Jones.

Curiosidades de Indiana Jones.

Os traemos la segunda entrega de curiosidades de la saga Indiana Jones, una producción audiovisual que marco un antes y un después en la historia del cine.

El primer nombre que pensó Spielberg para el héroe fue Indiana Smith, pero Lucas se negó por recordarle a la película Nevada Smith de Steve McQueen. Indiana era el nombre de un perro de raza malamute de Lucas.

La escena en la que se sirve de comida sesos de mono, serpientes rellenas o sopa de escarabajos fue acusada de ridiculizar la cultura hindú, ante lo cual Spielberg se justificó argumentando que su intención era precisamente la contraria: ridiculizar los prejuicios occidentales.

En Indiana Jones y la última cruzada. La película comenzaba con una secuencia de un joven Jones interpretado por el, por aquel entonces, chico de oro River Phoenix, en la que aprovechaban para explicar el origen de su sombrero, su látigo, y la cicatriz de la barbilla, que en realidad se debía a un accidente de coche que Harrison había sufrido a los veinte años. El éxito fue espectacular, recaudando un total de 495 millones de dólares en todo el mundo. El futuro, sin embargo, no se mostró tan prometedor para Phoenix, que a los pocos años murió vícitma de una sobredosis en el local nocturno The Viper Room de Los Ángeles, propiedad de Johnny Deep.

Ford no fue mordido por ninguna serpiente en todo el rodaje, pero irónicamente, sí que recibió una mordedura en el jardín de su casa tras terminar el film.

Las tomas ambientadas en El Cairo se rodaron en realidad en Kairouan (Túnez). El bar donde se filmó la escena entre Indiana y Belloq tiene en la actualidad fotos del rodaje.
Muchas de las escenas fueron rodadas por Harrison Ford.

La secta thuggee, en la India, es el elemento narrativo de The Temple of Doom. Realmente, dicha secta secreta floreció en la India de la época colonial e incluso ha sido denominada la primera mafia del mundo; era reconocida por sus peculiares rituales y sacrificios a la diosa Kali. Asimismo, la costumbre de arrancar los corazones de los sacrificados justo antes de decapitarlos proviene de los aztecas del México prehispánico.

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