Corría el año 1981 cuando una producción audiovisual golpeaba con látigo las carteleras de cine una película que rápidamente hizo historia y se convirtió en todo un referente del género de aventuras: En busca del arca perdida. Esta película suponía una vuelta a los orígenes del cine de aventuras, un homenaje a todas las series con héroes que corrían todo tipo de aventuras, un homenaje a James Bond (que es lo que pretendia Spielberg). Nacido de las brillantes mentes de George Lucas y Steven Spielberg nos llegaba este personaje que rápidamente se convirtió en todo un icono cinéfilo. ¿Quién hoy día no asocia las palabras látigo y sombrero con “aventura”? Indiana Jones es, a día de hoy, uno de los personajes más populares de toda la historia del cine.
La mítica escena en la que Indy lucha contra un espadachín egipcio surgió fruto del azar. En principio, se trataba de un combate de tres páginas de guión espada-látigo, pero el día del rodaje Ford se indigestó a causa de un taco tunecino y se decidió recortar para aligerar, con lo que el intérprete pensó en disparar simplemente contra su oponente.
La famosa bola que persigue al Indy a lo largo del templo estaba hecha en realidad de fibra de vidrio y pesaba 136 kilos.
Para que no se le cayera el sombrero de la cabeza durante las escenas de más acción (como la del tanque), Ford se lo grapó a la cabeza.
Mientras rodaban la escena de la conversación dentro del zeppelin, hacía tanto calor que Ford y Connery se deshicieron de sus pantalones, ya que el plano les cortaba de cintura para abajo.
La secuencia del envejecimiento y desintegración del rostro de Julian Blover, que en la película dura 16 segundos, tardó en rodarse tres días, a base de maquillaje agresivo y prótesis inflamables.
En un principio, la película iba a estar basada en la leyenda china del Rey Mono, que inspiró a Akira Toriyama para crear Dragon Ball.
Aunque el combo padre-hijo entre Connery y Ford, funcionó a la perfección, en la vida real tan sólo se llevaban 12 años de diferencia.
La película contiene diversos guiños a la saga de Star Wars. En primer lugar, el avión en el que Indy escapa de Suramérica lleva serigrafiado el código OB-CPO, en alusión a Obi-Wan Kenobi y C-3PO. Entre los jerogríficos visibles en el pozo de las almas, se puden ver claramente talladas las imágenes de R2-D2 y C-3PO. Además, el montículo desde donde Indy amenaza a los nazis con su bazuca es el mismo en el que los jawa secuestraban a R2-D2.
En la segunda entrega, siguiendo con los guiños a Star Wars, el club de Shanghai en el que arranca la película se llama Obi Wan.
La localización y posterior hallazgo del Santo Grial se narra en la trama de La última cruzada. En la realidad, los nazis crearon una organización concebida bajo el nombre de Ahnenerbe en 1935, la cual tenía, como único fin, el encontrar reliquias arqueológicas que demostraran la superioridad de la raza aria; incluso Hitler preparó un sitio exclusivamente para recibir dicha reliquia sagrada.
Durante las secuencias de la huída en las minas, el joven Ke Huy Quan arreó sin querer un codazo a Kate Capshaw, provocándole el morado en un ojo. Spielberg, que empezaba a sentirse sentimentalmente atraído por la actriz, ordenó a los maquilladores que pintasen un ojo morado a todo el equipo al día siguiente, con lo que al llegar al plató, Capshaw se encontró con otros 130 ojos morados.
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